CHVLR: Yo soy Chevalier


Presentamos esta partida de Rol Con Cosas, que ha jugado a CHVLR.

Si quieres estar al día de sus creaciones, puedes seguirlo en X y Youtube.

Recordamos que las bases la podéis encontrar aquí.


Introducción

CHVLR es un juego de rol de diario de Susanah Grace, en el que interpretamos a un o una adolescente elegida, u obligada, para pilotar un robot gigante conocido como CHVLR, en el marco de un conflicto militar cruel y terrible.

Partida

Setting y personaje

Hace generaciones, el Planeta Madre estaba gobernado por una dictadura fascista, y las personas que se atrevían a disentir o a rebelarse acababan en un régimen de esclavitud en la Luna Mina, la única fuente de Fluxerita, el mineral energético más valioso del sistema.

A través de los años, la dictadura comenzó a debilitarse, a la vez que la población esclavizada y recluida en Luna Mina aumentaba sus condiciones y mejoraba sus condiciones de vida. La lucha por la independencia se hizo inevitable, y se ganó. A cambio de que la República de Luna Mina fuera independiente y libre, debían reservar buena parte de su producción de Fluxerita para venderla casi a precio de coste al Planeta Madre.

Con las décadas, la dictadura en Planeta Madre fue a su vez derrocada por su propia población, y transicionó a un sistema democrático. Pero las consecuencias de los excesos de la dictadura son ya patentes: el Planeta Madre sufre una catástrofe climática que dentro de poco les abocará a la extinción. La fluxerita es ya su única fuente de energía para sobrevivir, y apenas tienen con qué pagarla.

A su vez, en la Luna Mina, la vía más dura con Planeta Madre domina en la opinión y en el gobierno: se aboga incluso por cortar lazos completamente y negar el acceso a la Fluxerita a la población de Planeta Madre. Ante esto, y todavía con el remanente militar, funcional pero anticuado, de la dictadura, Planeta Madre ha preferido atacar y robar la Fluxerita de Luna Mina para evitar la extinción. La Guerra ha estallado.

Aunque su ejército es muchísimo menor, el ejército de Luna Mina tiene un arma secreta: un colosal robot hecho de Fluxerita, el CHVLR, tan complejo que solo se puede pilotar mediante una conexión cerebral directa, a través de un implante. Ningún cerebro adulto ha sido capaz de conectar con éxito: si hay algún cerebro candidato, este será el de un o una adolescente, y aún es posible que tan sólo una persona entre miles sea compatible. El ejército de Luna Mina comienza a hacer pruebas con todos los adolescentes del país. 

Miko Katsuragi es una joven de apenas 16 años, de rasgos asiáticos y pelo oscuro. Es tranquila, tímida, con un gran mundo interior, y se refugia en los libros y la literatura. Y para su desgracia, es la persona compatible para pilotar el CHVLR.

REGISTRO/DE/MISION.000001 MIKO KATSURAGI

Soy Miko Katsuragi, y la Coronel me ha pedido que escriba este diario, o como lo llama ella, el “Registro de Misión”. Creo que me hará bien, porque con la locura en la que se ha convertido mi vida en los últimos días, necesito algun sitio donde estar sola y reflexionar conmigo misma. 

Hasta hace pocos días, yo era una adolescente normal. Pero ese día llegaron los militares al instituto y nos hicieron el test del SCS. Aunque oficialmente no nos han explicado nada, todas sabíamos lo que ocurre: los militares vienen, y como dé la casualidad de que seas compatible, estás reclutada. Nunca habría pensado que me tocara a mí: yo quisiera tranquilamente estar con papá y mamá y con mis libros, pero el destino no lo ha querido así.

Han pasado apenas una semana y media, llena de entrenamientos, clases y pruebas de conexión. Creo que con el ajetreo continuo, y el que esté todo el mundo tan pendiente de mí, no me ha dado tiempo a odiar realmente esto, que creo que es lo que debería estar haciendo.

Pero luego está el CHVLR, y conectarme a él, y eso es increíble. No sé como explicarlo. Es un titán gigante, colosal, todo hecho de Fluxerita. Y cuando me conecto, es como si ese cuerpo gigante, casi palpitante de energía, fuera mío, hubiera sido siempre mío. Siempre me pongo un poco triste al desconectarme. Y últimamente, es como si mi cuerpo “de siempre” funcionara un poco mal: estoy más torpe, no tengo tanto tacto. Todo cambia cuando me vuelvo a conectar. Como si cuerpo de siempre fuera el CHVLR, y mi cuerpo humano, blando, débil, fuera el “prestado”. 

REGISTRO/DE/MISION.000002 MIKO KATSURAGI

Hoy la Coronel me ha mandado a mi primera misión. La verdad es que estaba asustadisima. Me da miedo el ejército del Planeta Madre: aunque dicen que está anticuado, es mucho más mayor que el nuestro. Pero ¿sabes qué es lo que más miedo me da? Que dentro de alguno de los vehículos que tenga que atacar con mi espada (perdón, la espada del CHVLR) haya el pariente, el hermano, la hija de alguien que yo conozca. Dentro de esos vehículos de metal hay personas reales, igual que yo. Pero solo vemos el exterior de metal, y así es más fácil matarnos entre nosotros por unos kilos de Fluxerita.

Afortunadamente, la misión era de centinela, y no ocurrió nada de nada. Al principio me sentía un poco observada: creo que el CHVLR está tan monitorizado que no puedo ni parpadear sin que en la base se enteren. Pero luego ocurrió algo maravilloso: empezó a llover. El departamento de terraformación está avanzando mucho: nunca hemos tenido de esto en Luna Mina. No es la primera vez que la veo, pero en la oscuridad de la superficie, esa tranquilidad y el sonido de la lluvia era relajante.

Me temo que me quedé un poco dormida durante un momento, aunque al regresar a la base nadie dijo nada. Pero debo haber soñado, porque resonando a través de mi cuerpo de Fluxerita oí una voz, algo que provenía de dentro de la Luna. Es una voz profunda, antigua, pero reconfortante. No sé que me estaba diciendo, pero creo que sonaba como una mujer. En fin. Después de la misión hablé con papá y mamá: mamá, como siempre, dijo que estaba muy orgullosa de mí. A papá se le nota más preocupado.

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Hoy he estado en mi primera misión de combate. Ha sido horrible. Odio esto. Tengo miedo. Quiero irme a casa.

No os he hablado mucho de ella, pero había otra chica entrenando conmigo. Ella no tiene un CHVLR, claro, sólo está el mío. Pero los militares también están probando el SCS con vehículos más normales: la suya era una aeronave. Podía volar y volar solo con pensarlo. Se llamaba Jessi y era muy guapa. Y se sentaba al lado mío en el comedor. Antes de que pasara un minuto de batalla, su caza ha sido derribado.

Yo pilotaba, o era, el CHVLR. Me he intentado acercar a los restos de la nave para intentar ayudarla, y entonces he sentido el dolor. Me han dicho en la base que es una especie de disruptor de SCS, nos tratan de desconectar de los vehiculos para acabar con nosotros. Quizá eso le han hecho a Jessi, es muy raro que no haya podido esquivarlos. Me he sentido como si me arrancaran el esqueleto del cuerpo, ha sido horrible. Pero estaba tan asustada por Jessi que he bajado a pie, he salido del CHVLR aunque en la radio me gritaran que no lo hiciera. Creo que no veía casi nada, estaba llorando y dando tumbos. He encontrado a Jessi, aún le quedaba un retazo de vida. Y lo último que me ha dicho es que tenía miedo y quería irse a casa. Y luego se ha muerto. Yo también quiero irme a casa.

¿Pero sabes qué más ha pasado? Cuando he recuperado la vista, tenía a un soldado enemigo al lado, un marine de a pie. Me estaba apuntando con el rifle, yo no podía hacer nada. No sé si quería hacer nada, por la pena. Pero entonces, el CHVLR se ha movido solo y lo ha aplastado. En la base están como locos, no saben cómo algo así es posible. Yo me he quedado callada, pero sí sé lo que ha pasado. La mujer que me habla desde el interior de la luna. Ella ha movido el CHVLR para salvarme la vida. Eso es lo que ha pasado.

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He seguido haciendo misiones. He seguido matando. He seguido comiendo. He seguido hablando con papá y mamá. He seguido sobreviviendo.

La Coronel dice que he conseguido sincronización completa, todos están contentos en la base. Como si fuera una sorpresa. Yo soy el CHVLR. A veces, cuando hablo con mis padres y me llaman Miko-Chan, ese nombre me parece extraño. Como si ya no me perteneciera.

En el Planeta Madre han construido su propia especie de CHVLR, con menos fluxerita que la que tiene mi cuerpo. Aun así, es bonito. Nos hemos enfrentado un par de veces con las espadas, quien sea que esté conectada no lo hace nada mal. A veces me da la sensación de que ya sabe por donde voy a atacar. O a lo mejor se lo estoy diciendo yo, o la mujer de dentro de la Luna. Creo que no le gusta que nos peguemos. Como una madre que riñe a sus hijos. 

El poco tiempo que no paso en misiones, entrenamiento, o en las llamadas con papá y mamá, lo paso con Robbie en el hangar. Roberta era la hermana de Jessie, y ya era militar de antes. Es ingeniera, y un poco mayor que yo: unos veinte o así. Supongo que por eso le hicieron el test a Jessie y la reclutaron. No habíamos hablado casi nada antes de que Jessie muriera, pero creo que nos gusta hacernos compañía. Casi todo el mundo en la base ha seguido como si no hubiera pasado nada: al fin y al cabo es una guerra. Creo que pasamos tiempo juntas porque así nos mostramos que no estamos olvidando a Jessie como el resto.

De vez en cuando, cuando estoy patrullando afuera en la Luna, cierro los ojos y escucho a la mujer de la Luna. Cada vez la entiendo mejor. Frente a esas lagunas rojas que ya estaban aquí cuando llegaron los primeros colonos, cuando éramos esclavos del planeta madre, se le oye mejor, más claro. Hoy me ha contado una cosa, pero no os la voy a escribir. Me la guardo para mí. 

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Me da igual lo que digan Roberta y la Coronel: cuando no estoy conectada, ya solo duermo en la cabina. Paso todo el tiempo que puedo aquí: estar fuera y lejos de poderme conectar no me gusta. Sobre todo después de la última misión. Apenas he dormido unas horas, y pronto me volveré a poner en marcha.

Mis armas no parecían hacer nada: ni el fusil láser ni la espada de fluxerita. Tuve que atravesar el blindaje de esa nave con mis propias manos: creía que me iba a partir en mil trozos mientras lo hacía. Pero había que detener la armada: el Planeta Madre ha lanzado todo lo que tienen contra nosotros. Quieren sacarnos de órbita, estrellarnos contra el Planeta Madre. Aquí y allí van a morir millones de personas: pero les da igual.

Aun así, no ha sido suficiente. Cuando volví a la base, todo el mundo estaba organizando la evacuación de mañana, y ni siquiera Roberta estaba por allí para hacerme las reparaciones. Tuve que salir y hacérmelas yo: creo que he acabado haciendo una chapuza. Creo que he roto algún “regulador“, o algo así: ¿había algo que limitaba el poder de la Fluxerita? ¿Qué pasará ahora que todo está sobrecargado? En las pocas horas que he dormido, he oído hasta la Madre Luna en sueños. Es como si ahora tuviera cobertura total, pero quizás soy una olla a presión a punto de estallar. 

En fin, poco importa ya. No sé si papá y mamá están bien, no sé si Roberta está bien, pero lo único que puedo hacer es volverme a conectar y salir afuera a salvar a todo el mundo que pueda. Pero creo que es la mejor forma de terminar.

Yo soy el gigante, el coloso. Yo soy CHVLR. Y protegeré vuestras vidas hasta mi último aliento. 


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