Quill: El Archiduque


Presentamos esta partida de Iván Mayayo Martínez, que ha jugado a Quill.

Si quieres estar al día de sus creaciones, puedes seguirlo en X.

Recordamos que las bases la podéis encontrar aquí.


Introducción

Juego: Quill
Escenario: El Archiduque. 
Personaje:Amanda de Sabree
Características: Caballera. 
Habilidad: Inspiración. 
Caligrafía: medio (aunque la calidad del pergamino mejora la presentación). 
Lenguaje: deficiente. 
Pasión: alta. 

“Las tiradas de dados aparecen entre paréntesis. Las florituras y palabras del tintero, las altas otorgan mayor puntuación, aparecen subrayadas”.

Partida

Carta de Amanda de Sabree al Excelentísimo  Señor Archiduque Godfrey.

Vuestra Excelencia. Perdonad mi atrevimiento, pero llegaron a mis oídos, en las tierras de la frontera, noticias que anunciaban el fallecimiento (Lenguaje: 6. +1) de vuestra hermana, Mary de Lichtenstein. Siento en gran medida vuestra pérdida y reciba de este modo mis más sinceras condolencias por esa mujer a la que una vez tuve el honor de llamar amiga. 

(Caligrafía: 4, 4, 4).

Vos sabéis que Mary y yo fuimos, en nuestra temprana juventud, compañeras, cómplices y rivales en alguna ocasión, en el colegio St. Michael. Allí nació y se fortaleció nuestra amistad a medida que trepábamos a los (Pasión: 3, 4, y 5.) mudos olmos (Usa inspiración. Lenguaje : 2, 5. +2), testigos de nuestros encuentros. Aún hoy, recordando aquellos días, no puedo evitar ni que la pasión me domine, ni emocionarme. Debe saber que vuestra hermana era una consumada esgrimista, paciente estratega y formidable oponente. Si no hubiera sido por su delicada salud, que la alejaron de la acción, no tengo duda de que los ejércitos la hubieran seguido hasta las mismísimas puertas del infierno. Al igual que yo. 

(Caligrafía: 4, 4, 5. +1).

Os recuerdo cuando la visitabais en St. Michael. Erais un joven serio, más vuestra mirada no era la de un noble altivo. Supongo que vos también me recordáis de aquella época, que aún resuena en vuestra mente el escándalo. Seguro que ella os lo contó miles de veces, pero no hubo nada escandaloso entre nosotras. Solo el más puro amor. Ese fue el motivo de mi envío a la frontera. Aquí la vida endurece el carácter, afila la espada, pero no marchita el recuerdo. No evita la correspondencia. Todos estos años hemos seguido en contacto, Mary y yo, en secreto. A través de sus cartas ella me habló del joven señor (Lenguaje: 6. +1). De cómo se transformó en un auténtico monstruo que todo lo devora y dejó de ser un niño inocente. 

(Caligrafía: 3, 2, 2).

Antes de proseguir, perdonadme. Creo que la emoción y la rabia me hacen perder las formas y resienten mi caligrafía. ¿Por dónde iba? ¡Ah, sí! Vuestro hermano pequeño, Apolonio. Si los rumores que han llegado hasta mí son ciertos, las casas imperiales más influyentes, aquellas cuyos dirigentes son también compañeros de correrías, estarían dispuestas a apoyarlo como elegible al trono. Solo tiene, o tenía, dos obstáculos, sus hermanos. Sé lo que está pensando, qué menuda sarta de tonterías. ¿Dónde se ha visto a un tercerón como candidato imperial? Solo citaré el refranero popular: «Cuando a los patos (Lenguaje: 4) veas volar, agarra el zamarro que viene el frío». Perdonad la rudeza de mis palabras, más los últimos años he estado más cerca de individuos soeces, soldados curtidos, que de los pasillos de palacio. Vuestra hermana se hubiera reído de mi tosquedad. Aún puedo escuchar su risa danzar entre las arcadas del colegio. 

(Caligrafía: 1,3,4).

Me despido ya y quedo a vuestra disposición. A una palabra vuestra acudiré a honrar la memoria de Mary. Mis tropas se convertirán en (Pasión: 6, 2,3) graciosos serafines (Lenguaje: 5. +2), dispuestos a tronar los cuernos de guerra, siempre preparados para la batalla. Llevad cuidado, pues temo por vuestra vida igual que temía por la de vuestra hermana. Me atrevo a añadir, arriesgando todo, que no creo que la tisis se la llevara. Según sus cartas distaba mucho de ser la chiquilla enclenque y enfermiza de antaño. Tenía miedo, eso sí, a ser envenenada y sus principales sospechas recaían sobre vuestro hermano menor. Espero estar equivocada, pero andad con cuidado y no os fieis de nadie. Esta misiva será entregada en mano por alguien de mi entera confianza. Si me creéis, destruidla nada más leerla. Os lo ruego. 

Siempre vuestra, 
Amanda de Sabree. 

(Caligrafía 6, 2, 2. +1)

Puntuación total: 8

Epílogo

Os preguntaréis qué pasó tras esta misiva. ¿Fui creída? ¿Siguió mi cabeza sobre los hombros? El Archiduque agradeció mi amabilidad y diligencia y me invitó a su finca unos días. Quizá algo escéptico al principio, pero utilizó toda su maquinaria para investigar y demostrar que Mary fue envenenada. Después acusó a Apolonio de traición. El malvado hermano perdió sus apoyos en la nobleza que, cobardes, vieron que era más rentable alinearse junto al Archiduque. 

Godfrey es ahora el principal candidato a la elección imperial, que es posible que ocurra en poco tiempo debido a la edad del actual emperador. 

¿Y qué fue de mí? ¿Un castillo? ¿Oro, riquezas? Volví, con una palmadita en la espalda, a mi puesto fronterizo. Aquí sigo, pasando noches en vela, escribiendo cartas.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *