Albenos y el Culto del Viento VII (Broken Shores)


Rol en solitario de Broken Shores para el II Certamen Jugando Solo RPG.

Sesiones previas: Primera, Segunda, Tercera, Cuarta , Quinta, Sexta.

SÉPTIMA SESIÓN

Día 60 – Doy instrucción a los navieros de que sigan reforzando mi balsa con los materiales que acarreo. Me acerco a la delegación de los nautarcas y la encuentro en ruinas pese a que controlan Linjen; en proceso de reconstrucción. Pretendo hablar con los líderes, pero los guardas no me dejan pasar. Insisto hablando de Umberu y su reciente liberación a mis manos, pero no consigo que me permitan el acceso. Busco a Umberu sin que pueda encontrarlo en este día. Probablemente se esconde.

Amigo incierto, llovizna que amenaza mi fuego. Los vientos no se acallarán.

He reforzado la balsa al máximo y malvendido parte de las monedas que obtuvimos en la exploración de la catacumba de la cuarta sesión para comprar una lámpara, aceite, una sólida maza y otras utilidades que ayuden en los viajes. En mi mente tengo el proyecto de hablar con los nautarcas para apoyarles contra los Quebrados, pero cuando me acerco a la dirección que pregunto a los habitantes, también pregunto al oráculo cuáles son sus rasgos: Inusual e Inactiva. Supongo que está vigilada e intento acceder utilizando mi fuerza de personalidad (60% debido a Carisma 12) y diálogo (no creo que Manipulación sea lo apropiado aquí), aunque fallo. No con una pifia, pero la tirada es mjuy alta, así que compruebo en Mythic si alguien toma nota de mi insistencia y es afirmativo.

No encuentro a mi amigo, por lo que planeo investigar más sobre Linjen y por qué la sede de quienes controlan la gran barcaza está en condiciones lamentables. ¿Tal vez por las facciones enfrentadas? Ése va a aser mi plan, pero cuando compruebo las expectativas… ¡un evento de interrupción! Atención y Amenazar basado en el contexto presente. Dada la situación, creo que a alguien le molestan mis indagaciones.

Me acorralan entre unas casetas cinco matones que se interesan por mis preguntas sobre Umberu y la situación de la gran barcaza, dirigidos por una mujer. Intento persuadirles de que soy un aliado y que sé que los nautarcas están enfrentados al Culto de los Quebrados, mi afirmaciones la enfurecen. Siento el puñetazo repentino justo a tiempo de moverme y sólo roza mi oreja; enseguida dos de sus sicarios intentan sujetarme sin lograrlo.

En una sociedad como ésta, las amenazas no son sutiles. Una pifia en la prueba de Encanto desencadena la furia de la líder, y considero que estoy sorprendido, así que sólo tengo reacciones. Recordemos que no llevo puesta la armadura y el único arma que dispongo es la porra. Me sorprende el crítico en Esquivar con sólo un 29%, pero estoy a merced de los otros dos, que veo en las tablas de acciones de combate que apoyan a su jefa y decido que quieren agarrarme. No puedo seguir esquivando (-30% acumulativo tras cada reacción en Broken Shores), pero sus tiradas son altísimas, por lo que no me atrapan. Decido que sólo tres pueden atacar simultáneamente debido a las plataformas cimbreantes que componen la gran barcaza.

¿Tal vez algún aliado está cerca? Un sí excepcional me dice que tanto Dovela como Oraoh se encuentran en algún comercio cercano. Puedo intentar huir o combatir desarmado (mi puntuación es penosa); para tener alguna posibilidad, debería usar la porra, pero eso es una invitación a más armas, así que les insisto por última vez que sólo quiero ayudar contra los Quebrados y asumo un -30 a la tirada de Encanto, pero la paso con un 24, tengo 60%. Si hubiéramos luchado con armas no me hubiera permitido este último intento.

Intento una vez más calmar los ánimos antes de que hablen las armas, pues Dovela y Oraoh han visto lo que ocurre y se acercan, y parece que la frustración logra que me escuchen, pero insisten en que abandone Linjen al día siguiente.

Una daga vigila mi espalda: carezco de miedo, pero no de precauciones. El anochecer calma el espíritu en la negrura y el sopor.

Umberu se acerca esta noche, pues son los empleados del nautarca Torajem los que me han abordado, amigos suyos. Realiza preguntas extrañas para las que no tengo buenas respuestas, como qué ritos se realizaban en los santuarios de Ulies o si los chillidos y llantos de los sacerdotes se modulan en cierta frecuencia.

Amigo, ¿hemos remado juntos como galeotes bajo el yugo de los Quebrados, como para que no puedas abordarme con sinceridad?

Se enfada, pero me indica que puede concertar una reunión con el nautarca al amanecer.

Tras lo acontecido, he preguntado si Umberu va a prestarme atención y obtengo que . Como no tengo expectativas reales sobre lo que hará o dirá, utilizo las tablas de significado para personajes de Mythic y obtengo Inquirir y Extraño, por lo que supongo que me está preguntado cosas que no vienen al cuento y refino la impresión con otra consulta oracular.

Me parece claro que en Linjen preparan alguna acción inmediata contra los Quebrados, debo ayudarles pese a sus secretos. Presiono mi influencia sobre Umberu con Manipulación y, aunque paso la tirada, decido que no le sienta bien.

Día 61 – Me encuentro entre los canales lejos del mercado a solas con Umberu, cerca de los muros repletos de arpones, y me guía, lleno de ojeras, entre las casetas reforzadas con la basura del mar hasta una cualquiera, tan anodina como el resto, desde la que sin embargo noto los aromas de la resina de árboles y que tiene tres levísimas marca de pintura verde en las esquinas.

El recuerdo es el aroma de mi esposa. Noches de contento contemplando el firmamento.

Me explica que han sufrido ataques recientes, y que el rival de Torajem entre los nautarcas sospecha tanto como su empleador. La desconfianza se ha apoderado de ellos pese a que la ciudadela flotante ha asegurado el territorio que la circunda.

El nautarca Torajem parece una escultura viviente, tan fuerte o más que Umberu o yo mismo. Su rostro apretado escudriña con inteligencia desde ojos grandes que prestan vivacidad a su piel oscurísima. Sin embargo, su discurso es una retahíla monótona y verbosa. Explica que soy tolerado por la ayuda prestada a Umberu y mi enemistad con los Quebrados, mas insiste en que debo alejarme cuanto antes de la gran barcaza o cesar las preguntas incómodas.

El cubil del nautarca lo decido con consultas sobre localizaciones y me parece buen momento para que Umberu me explique a grandes rasgos lo que los oráculos ya decidieron la sesión anterior sobre las facciones de Linjen.

Éste es un punto en el que en el rol en solitario hay que encontrar equilibrio, pues resulta inevitable saber algunas cosas que el personaje no conoce (pero se puede evitar saber mucho), y después intentar mostrarlas al personaje cuando la ficción lo permite. Además, intento no decidir mucho de la gran barcaza o sus facciones de una vez, sino que los detalles los planteo poco a poco y, cuando entran en la ficción, someto la expectativa a una verificación: así permito sorpresas y giros.

Por ejemplo, al nautarca Torajem no lo he definido hasta este momento, hasta ahora sólo era quien empleaba a Umberu.

Les hablo a él y a Umberu con franqueza, pues sospecho que traman acciones contra los Quebrados y debo participar en ellas: me guía la venganza y la denuncia contra los farsantes que han ensuciado al dios del viento. Mi vehemencia impresiona al nautarca, pues me incluye en sus planes de atacar a la galera del culto donde fuimos prisioneros en aguas cercanas, junto a Umberu y otros bravos. Necesitan un engaño y les prometo que se lo proporcionaré.

La interacción con el nautarca incluyó un crítico en Manipulación, así que decido que éste será mi contribución al engaño: prepararé misivas como si fuera un sacerdote del culto con los conocimientos interno de los que dispongo para un falso encuentro del templo-barcaza en donde estuve prisionero con una galera de los nautarcas cubierta por enseñas del culto, que les atacará por sorpresa. El encuentro se preparará en una zona que conocen los nautarcas en una zona con riscos traicioneros que no sobresalen del océano y rompen el casco de los navíos mayores que una balsa.

Para las misivas se cuenta con un experto escriba de los nautarcas (confirmado mediante Mythic). Realizaré una prueba de Intelecto cuando llegue el momento de encontrar la galera (si eso ocurre finalmente) para ver con cuanta verosimilitud imité a las autoridades de los Quebrados.

Partiremos en 1d6 = 5 días desde el Día 61 y el lugar del encuentro se halla a 2d6 = 12 días de navegación hacia el Sur.

El pago: agua, alimento y cobijo para mí y mis compañeros hasta regresar a Linjen y 1000 monedas al concluir (500 para mí, 250 para cada uno de los compañeros). La balsa permanecerá amarrada y protegida en el puerto de Linjen sin incurrir en gastos.

Día actual: 61

Comentarios: Los críticos y pifias abundantes me han sorprendido, pero la sesión ha sido muy fluida pese a que ha sido eminentemente social. He empleado las herramientas de Mythic muchísimo (en contraste con las dos primeras sesiones, por ejemplo), dado que no hay procedimientos sociales elaborados en Broken Shores, pero su estructura de fases del día ayuda a estructurar las actividades incluso en las ciudadelas flotantes.

La supervivencia inmediata ha dejado paso a la venganza ardiente y la bravura de Albenos. No ha sido algo planeado, más bien el resultado de llevar al personaje no como una pieza o un coche de choque, sino inmerso en sus motivaciones.

Continúa en la octava sesión.


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