Albenos y el Culto del Viento IX (Broken Shores)


Rol en solitario de Broken Shores para el II Certamen Jugando Solo RPG.

Sesiones: Primera, Segunda, Tercera, Cuarta, Quinta, Sexta, Séptima, Octava.

NOVENA SESIÓN (CONCLUSIÓN)

Día 79 – Hemos llegado a las aguas donde el fondo es bajo y una galera puede encallarse. Aún me escuece el brazo. Aguardamos a que lleguen los Quebrados hasta que aparecen sobre el horizonte. Doy las señales, que suenen los cuernos. El enorme templo-barcaza se acerca lentamente, guiado por los galeotes. Miro a Umberu, que escupe con desprecio a la sola vista del navío y sé que no habrá piedad para quienes lo encuentren.

Lanzo saludos en la distancia, y los Quebrados responden de vuelta. La masa se acerca, choca contra el fondo, demasiado alto, que rompe su línea de flotación con dientes afilados de coral.

Grito el nombre de Ulies por primera vez en mucho tiempo.

Aquí es donde comprobarmos el resultado del engaño de la séptima sesión. Realizo una prueba de Intelecto para asegurar que Albenos fue convincente en su mensaje y pudo imitar a los sacerdotes, pues los años pasados en el culto de los Quebrados le favorecen y otra por el valor asumido del escriba de Linjen, y supero ambas. También compruebo las expectativas de la situación con el Índice de Caos y no hay alteraciones.

Dios del Viento, seré una tormenta que abata a los que traicionan tu tumba. Los dientes de la tierra mastican ya sus naves.

El daño que recibe el casco no es suficiente para hundir el templo-barcaza. Ya vuelan los arpones, los cabos, las pasarelas que unen los barcos mientras nos lanzamos despiadados hacia los cultistas que, aunque sorprendidos, no se había relajado, sino que se habían armado con antelación. El sumo sacerdote Kalasagam desconfía incluso de su sombra, mas eso no le salvará este día. El cuero y el hueso detienen la débil flecha que recibo mientras corro aullando hacia la cubierta, cruzo de un salto el último tramo y me enfrento al primer devoto que sale al paso.

Ahora pregunto a los oráculos si el templo-barcaza estaba muy cargado de tripulantes y veo que no, que los números son similares tras varios reveses de los Quebrados. También pregunto si se encuentran sorprendidos por completo pero… no, de alguna manera sospechaban que podían correr riesgos, si bien no intuyeron que era una embocada, por lo que los encontramos armados. A Kalagasam lo genero en un par de preguntas, el nombre viene a la mente y noto que la sesión fluye sin apenas poner esfuerzo. Dosparan proyectiles primero y uno acierta a Albenos, pero la armadura absorbe todo el daño, y casi puedo ver cómo se lanza al abordaje, deseoso de venganza.

La refriega general la resolveré después, primero considero que hay que tener unos encuentros de combate. Como los números están justos y han perdido fuerzas con el desastre, en cada encuentro preguntaré si es más de uno y asignaré una probabilidad baja. En el estado de inmersión fluida del que hablé hace unas sesiones me resulta sencillo dar un nombre y algún rasgo a los combatientes con los que luche. Mi objetivo es medirme con el sumo sacerdote.

Choco con Humal el delicado, siempre gregario y confabulador, que maldecía mi nombre incluso antes de que descubrieran mi desvío, que deseaba a mi querida Suannama. Nuestros gritos se cruzan al aporrearmos; es más rápido y casi revienta mi nariz con una embestida de maza que sólo los años de experiencia me permiten apartar, mas mi respuesta perfecta (pues sé cómo adelanta un paso de más al realizarla) le revienta la rodilla y, mientras emite un aullido de agonía, apago para siempre su voz rompiéndole el pecho con dos golpes certeros.

La cacofonía, los lamentos, los gritos de los perdidos que llaman a la guerra y claman el nombre de Ulies en vano, pues un dios muerto no escucha plegarias.

Humal es más rápido y gana la iniciativa, pero la parada me indica un beneficio porcentual a mi respuesta y mi ataque es un crítico. Con la enorme porra que empleo a dos manos, el daño es brutal y, aunque lleva algunas protecciones, es suficiente para vencerlo.

De pronto, aparece el nombre de la esposa en la mente. ¿Por qué no? Por ahora, ha sido más una motivación que un personaje.

He tenido buena suerte, tengo una herida menor en el brazo desde la sesión anterior. Alrededor hay choques violentos, hago tiradas de Percepción para avistar al sacerdote, pero las fallo. ¿Quién será el/los siguientes?

Recorro la cubierta y pateo los símbolos blasfemos del culto. Aquí está Bemaise Orat, el bastardo de la sonrisa torva y la cicatriz que cruza el rostro, quien llora con la voz de un niño inocente durante los ritos, el mismo que acomete con la lanza en su baile de muerte; la desvío y mi respuesta le hiere en el costado vulnerable. Aún en pie, responde con locura de fanático, no siente el dolor de las heridas e intenta ensartarme, enloquecido, hasta que los múltiples impactos le dejan sin vida, y mi aullido acompaña su descenso. Recuerdo esa noche sobre esta misma cubierta en la que se la salvé años atrás, mas el tiempo nos ha desfigurado.

Otro combate afortunado, ¡buena racha! No estoy consultando a los oráculos para los recuerdos, sólo considero qué pudo tener en común Albenos con cada oponente, me gusta que tengan nombres y ninguno sea anónimo.

Resulta irónico llevar la espada sagrada atada a la espalda y no usarla, pero con la escasa competencia con ese tipo de arma, es poco menos que un suicidio.

Al fin avisto al sacerdote y decido que no puede estar solo. Intento reunir a algún aliado de Linjen que no esté enzarzado y convencerle de que ataquemos juntos, pero fallo la prueba de Liderazgo, después busco armas a distancia con las que pueda atacar, porque enfrentarme a tres es demasiado. También fallo esta prueba de Percepción, las armas a distancia que hubiera de los caídos no están a la vista o se han roto. Los fallos han de tener consecuencias, así que compruebo si el sacerdote se ha fijado en mí antes de mi siguiente encuentro y obtengo un sí excepcional. Pregunto si utiliza la magia contra mí, pero es un no. Lo que hace es enviar a su campeón. ¿Quién será?

Avisto entre las figuras danzantes, los borbotones de sangre y los gritos incesantes, al sumo sacerdote en sus ropajes de viento y rostro antiguo, defendido por dos devotos. Doy una voz para reunir a unos cuantos bravos y atarcarles, pero no puedo imponerme a la furia escarlata que posee los cuerpos; luego busco armas que alcancen de lejos en el suelo sin que pueda encontrarla. En esto, me enfrento a las espadas de acero de Midia, que ha bajado por orden del sacerdote para cumplir su sentencia. Sus gritos son el canto de las doncellas exánimes del viento, las tiras de pieles que viste, teñidas de rojo, oro y plata, combinan con su tez de marfil y su cabello de cielo. Los labios escupen maldiciones de muerte guiadas por sus hojas. Desafiaba la autoridad hasta que fue amonestada y se convirtió en una traidora, pleagada al capricho de Kalasagam.

Sube de un salto al saliente de un mástil para tener ventaja al alcanzarme. Necia, el odio me alimenta, no me ciega. No necesito enfrentarme a ti. La evito saltando entre cuerpos, pero rueda sobre sí y, en un salto mortal, me da alcance de nuevo; esto le cuesta la ventaja del momento y descargo la enorme porra sobre su hombro izquierdo, que extendía para empalarme, aunque logra un débil pinchazo, mas en el intercambio siguiente mi furia parte la porra en dos al golpear el mástil. Midia hunde la hoja en mi costado; tomo la maza que cuelga de mi cinto y desvío a duras penas el siguiente envite mas, confiada, finta y lanza una estocada que evito y se atasca en la madera. Parto la cuenca de su ojo izquierdo con un golpe de maza, y sus pasos ciegos la hacen caer por la borda.

La devota Midia casi acaba con Albenos. La intento evitar primero con tiradas enfrentada de Atletismo y Acrobacia y no en vano resulta ser la mejor luchadora del sacerdote. La porra enorme se rompe en una pifia, y el crítico con el que me alcanza me deja perdiendo sangre y a 5 de Salud. Hago una prueba de Vitalidad para mantenerme en pie, lo consigo y agradezco haber comprado una buena maza antes de partir. Entonces ella es la que comete una pifia, y mi golpe no es un crítico, pero el daño es el máximo y su tirada de armadura el mínimo. Realizo otro ataque afortunado con máximo daño y su armadura apenas la protege.

¿Cómo transcurre la refriega? Es un buen momento para comprobarlo. Utilizo las reglas de la revista Mythic número 33 sobre combate de masas y en dos rondas veo que mi bando ha perdido mucha fuerza, pero el de los Quebrados ha sido masacrado. Parece que, mientras combatía, hemos vencido. Hago una pausa para atender la herida sangrante con una prueba de Medicina.

Los defensores han matado a muchos de los nuestros, pero los de Linjen han masacrado a la tripulación al completo. Herido, pero con la fuerza del odio, camino hacia el sacerdote, que ha sido arrinconado, su magia agotada tras el ruido de la violencia. Mientras Umberu grita victoria en nombre de los nautarcas y conmina a Kalasagam a que se rinda, avanzo y empuño a Kymene, la Hoja del Viento, sin que puedan detenerme y el tajo separa la cabeza del blasfemo que ensució el nombre de Ulies, que me condenó a los remos, que dio muerte lenta bajo sus navajas a mi esposa mientras me obligaba a contemplarles.

Sé que he perdido a Umberu como amigo, pero he restaurado el honor de Ulies.

El camino está lleno de dolores, elegimos el que bebemos y su amargura nos templa.

¡Tenía que emplear la espada para algo! Hice una prueba de Coordinación por si me detenían a tiempo. He comprobado la reacción del joven Umberu y es muy negativa, aunque no hostil. Supongo que piensa que estoy minando su autoridad sobre los miembros de los nautarcas y que soy demasiado salvaje para tener como aliado. A partir de ahora, Umberu podría actuar contra Albenos, pero no lo hará ahora, ni en público, porque los demás me ven como un luchador valioso.

Liberamos a los galeotes y otros prisioneros, quienes cantan a coro mi nombre y esto intimida a los mercenarios de Linjen. Saqueamos el cadáver del templo-barcaza envueltos en el olor sagrado de los inciensos y en el crepitar de las llamas que consumen enseñas y pabellones impíos.

El santo de los santos se encuentra vacío, pues el astuto Kalasagam escondió lo más valioso antes de su fatídico viaje.

Se me ocurrió que, dado que esto es un templo-barcaza y los cultos de este mundo buscan las grandes esencias de sus dioses, podría ser que el tesoro fuera una de ellas. Tendría que pensar qué haría Albenos si la encontrara. Consulto el oráculo, asigno probabilidad muy baja, y la respuesta es un , con suceso aleatorio, relativo al contexto actual: Denegar y Ventaja. ¡Pues estaba, pero ya no! Preguntaré durante el viaje de retorno a los prisioneros por si sospechan dónde pudiera ocultarse o dónde realizaron una parada.

Por cierto, ¿qué habrá pasado con mis compañeros durante el enfrentamiento? Hago las preguntaas, pero las respuestas…

Dovela fue herida de gravedad en la refriega, casi pierde un brazo y el golpe de una maza rompió una costilla, pero sobrevivirá sin daños duraderos. Umberu la evita en el regreso, aunque ella pregunta a otros por su nombre y sé que pasaron las noches previas juntos. Los curanderos de Linjen la atienden con presteza, yo empleo sobre ella alguno de los emplastos que preparé en la isla.

Oraoh, sin embargo, fue muerto por la magia del propio Kalasagam, que detuvo su corazón con un soplo. Durante los combates derribó a tres fanáticos con la honda y a un cuarto lo encadenó a su voluntad y lo obligó a combatir contra sus compañeros, lo que atrajo la cólera del sumo sacerdote sobre él.

Bravo y silencioso compañero, que los vientos te arrastren hacia costas más benignas y Aphion se regocije escuchando tus secretos.

Día actual: 79

Comentarios: éste es el final, he jugado una sesión más y puede que siga jugando en el futuro, pero el mes se acaba y éste es buen momento para dejarlo así y dedicarme a otros juegos. Espero que haya servido para interesarse por Broken Shores (buen juego, muy manejable, sistema porcentual sólido en el que resulta fácil incorporar elementos y reglas compatibles) y Mythic GME 2e (estupenda caja de herramientas cual lectura recomiendo a cualquiera que desee profundizar en el solitario, con lo que hay en Broken Shores ya funcionaría de una manera más simple).

Lo mejor de la experiencia en solitario, en mi caso, es el descubrimiento de los inesperado y la inmersión en la ficción que facilita. ¡Gracias por tu atención!

Fin


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *